Valientes emprendedores reconquistando la tierra milenaria, conquistadores de las parcelas de la historia que retoman los pasos de vuelta para elevar el aceite de oliva a las cumbres más altas.

María Hernández y Jesús Ángel Blanco, ella bióloga y él agricultor, decidieron un buen día cambiar de vida y dedicarse al cultivo de un centenario olivar para deleite de los amantes del oro líquido, creando Soleae en Herguijuela de la Sierra.
 
Ahí fue, alejados del mundanal ruido y rodeados de una naturaleza salvaje, donde María y Jesús decidieron emprender su aventura y dedicarse a la agricultura ecológica en una zona con tanto valor ambiental como es un parque natural, recuperando una variedad de aceituna que se había perdido con el paso del tiempo, la variedad Ocal.

El fruto del olivo Ocal es adecuado para la mesa y también para la almazara. Es muy posible que esta variedad sea la que mejor se adapta al microclima de esta comarca salmantina. Sin embargo, esta adaptación no es una casualidad, sino el resultado de años de convivencia del hombre con el clima de la región.  María y Jesús fueron capaces de ver que esta variedad se había adaptado a la zona con el paso de los siglos, asegurando su supervivencia y resistencia a plagas y enfermedades. El oro líquido que obtienen de este fruto es ligero, de tonos dorados, intensamente afrutado en nariz, recordando a la alcachofa, al tomate y a hierba verde, mientras que en boca es dulce, sin amargar y ligeramente picante con un final esplendido de fruta fresca.   

Esta variedad representó el pilar económico de la sierra salmantina en su día, pero con el paso del tiempo cedió terreno a otra variedad, la Manzanilla Cacereña.  Pero los promotores de Soleae no se resignaron y decidieron desarrollar un proyecto para recuperar la variedad Ocal para que las largas y acombadas espigas de los olivos Ocales continuarán en nuestras vidas.

Así nació Soleae, un proyecto que ya es sinónimo de calidad, tradición, juventud y desarrollo sostenible. Desde el año 2009 María y Jesús han estado trabajando en este proyecto, convirtiéndolo en una sorprendente realidad. Han recuperado olivares centenarios cultivados de forma tradicional, en bancales o terrazas. Y de estos olivos obtienen un aceite de oliva que es puro oro líquido, el manjar que es el zumo de las aceitunas de las variedades autóctonas Manzanilla Cacereña y Ocal. La aceituna Manzanilla Cacereña también es una joya versátil, ideal para la buena mesa y para la elaboración de aceites de calidad. Tiene un aroma afrutado agradable y equilibrado, recordando a hierba fresca, manzana y tomate verde.  

La vida en el campo es para valientes y requiere de una entrega incondicional, como bien saben los promotores de Soleae. Actualmente trabajan ocho hectáreas de terreno. Antes de que salga el sol en verano ya están aprovechando las horas de menos calor para cuidar sus delicadas gemas, dedicándose a las labores administrativas cuando el sol ya esta en su cenit. Y aunque en el invierno las altas temperaturas no son un problema, ellos empiezan su día muy temprano. El ciclo de trabajo es el mismo año tras año, podando los olivos en invierno, cuidando de ellos durante la floración en primavera, en verano arando y desbrozando para la recogida y el otoño dedicado a la recolecta del fruto de su labor y a la producción de su delicioso aceite de oliva.  

La recogida de la aceituna es completamente tradicional, con redes y vareo debido al relieve del paisaje y la filosofía de cultivo ecológico de María y Jesús, ya que una buena parte de las tierras que trabajan están dispuestas en bancales o terrazas.  Una vez recolectadas se trasladan a la almazara para extraer el aceite antes de que pasen veinticuatro horas desde la recogida. Este es el momento en el que las aceitunas pasan por una máquina de ventilación para su limpieza, por los molinos de martillo para su trituración y finalmente por una batidora para su homogenización, que facilita la extracción del aceite a un decantador centrífugo para la separación final del aceite. El resultado del proceso reposa durante siete meses, tiempo en que también se purga. La decantación es el último paso y dura un par de meses. Finalmente se lleva a cabo el envasado, etiquetado y taponado de forma completamente artesanal.

Así, tal cual lo hacen, dando vida a unas tierras y a un lugar que con el paso del tiempo habían caído en el olvido. Herguijuela de la Sierra, en la provincia de Salamanca, fue el lugar elegido por esta valiente pareja de soñadores. Las sierras y los valles que rodean este municipio disfrutan de una biodiversidad extraordinaria, destacando su flora y fauna y algunas especies que son únicas en el mundo, como es el caso del pequeño pez, la colmilleja vetona (Cobitis vettonica), y las raras plantas como la insectívora grasilla pálida (Pinguicola lusitanica) y el helecho más peculiar de toda la provincia, el piececito de lobo (Lycopodiella inundata).  

La primavera da paso al verano

La primavera ya llega a su fin y da paso al verano mientras que las flores de los olivos anuncian la llegada de los frutos que están llamados a convertirse en delicioso aceite de oliva, en oro líquido, en el néctar milenario de las despensas, en el símbolo de fuerza y longevidad, en la oda del buen yantar que nos embriaga.  

Soleae nos invita a disfrutar de este inicio de la temporada del olivo, este breve periodo de floración que incita a dar largos paseos por los bancales rebosantes de delicados enjambres de florecillas cargadas de polen soleado. Y nada mejor que una visita a Soleae, donde podremos no solo disfrutar de la efímera belleza de los olivos en flor, sino también conocer sus instalaciones y realizar catas de aceites. Las catas de aceite de Soleae son ideales para conocer en profundidad este magnifico producto, ya que son didácticas, amenas y divertidas y puede participar toda la familia.  

Soleae también organiza diversas actividades de oleoturismo y tiene convenios con distintos centros de formación. Recientemente Soleae se ha unido a la iniciativa llevada a cabo por un grupo de productores artesanos de la Sierra de Salamanca que han organizado el Mercado de Productos Serranos – El Jardín de las Delicias. La diversidad de productos artesanales de la tierra es apabullante, con quesos, vinos, mermeladas, miel, aceite de oliva, dulces, frutas y hortalizas ecológicas, además de artesanía de madera, cuero y cerámica. Estos mercados se podrán visitar en distintos lugares y fechas. En San Miguel de Valero el 30 de junio, día de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Bejar y Francia. En Cristóbal el 11 de agosto, coincidiendo con la Fiesta del Emigrante. En Lagunilla el 18 de agosto, fecha de las fiestas patronales del lugar. En los Santos el 20 de agosto, también coincidiendo con la fiesta patronal y en Mogarraz, el 3 de noviembre, inmersos ya en la cosecha de la oliva.  

Bienvenidos los valientes y audaces. Bienvenidas las iniciativas que recuperan nuestros tesoros históricos.   ¡Bienvenida Soleae!
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